martes, 10 de febrero de 2009

“DIALOGO ABSURDO ENTRE LA PANCHITA Y UNA CACATÚA”



(Los personajes están en una terraza. Panchita está jugando con un juego de tacitas. Ordena las tacitas de manera muy mona. La cacatúa está en una jaula dorada redondeada. Todo está dispuesto de forma estrictamente simétrica)

CACATÚA: ¿Quién eres?

(Ante la pregunta, Panchita deja el juego de tacitas y se levanta)

PANCHITA: Soy la Panchita y soy la más bella (Hace una reverencia)

CACATÚA: ¿Entre quienes?

PANCHITA: Entre todas

CACATÚA: ¿Quiénes son “todas”?

PANCHITA: Todas las bellas

CACATÚA: Y tú ¿Quién eres para decir eso?

PANCHITA: Soy la Panchita y soy la más bella

CACATÚA: Pruébalo

(Panchita extiende los brazos y se da una vuelta completa en trescientos sesenta grados, como si cada una de sus manos fuera la aguja de un reloj)

CACATÚA: Eso no prueba nada

(No dicen una palabra en 20 segundos)

CACATÚA: ¿Tienes alguna otra prueba?

(Panchita se encoge de hombros)

CACATÚA: Entonces, no eres la más bella

PANCHITA: Que no pueda probártelo no significa que no lo sea

CACATÚA: Pero tú tienes la carga de probar el hecho, y yo no puedo decidir conforme a meras suposiciones. Por lo que yo sé, tú no eres la más bella. Tenías que probarlo y no lo has probado. Lo que no está en el proceso no está en el mundo

(Espera un poco)

CACATÚA: Y por lo demás, he visto a varias más bellas que tú

PANCHITA: (Ofuscada) ¡Pruébalo!

CACATÚA: No tengo porqué. Eres tú la que alega ser la más bella

PANCHITA: (Sigue ofuscada) ¡No! ¡Prueba que has visto a varias más bellas que yo!

CACATÚA: Ya te dije: no tengo que probar nada. Recuerda mi posición y mi rango

(Espera un poco)

CACATÚA: Además, yo soy un doctísimo moralista y un eximio jurisconsulto, y tú eres sólo una niña tonta

PANCHITA: ¡Pero si tú eres una cacatúa!

CACATÚA: Una cosa no obsta a la otra. Por lo demás, estoy en esta jaula por mi propia voluntad. Nadie me retiene.

(Esperan un poco)

PANCHITA: ¿Dónde aprendiste de moral?

CACATÚA: Siempre supe

PANCHITA: ¡Eso no es posible!

CACATÚA: Sí lo es

PANCHITA: ¿Cuándo naciste?

CACATÚA: No lo recuerdo. Por lo que yo sé, he existido siempre

PANCHITA: Eso no es posible. En todas las cosas hay un comienzo y un final. Tú tienes que haber salido de un huevo alguna vez

CACATÚA: No veo por qué

PANCHITA: (Pensativa) Bueno, las cacatúas y los loros salen de huevos…

CACATÚA: No lo creo. En verdad, creo que estás llena de prejuicios infundados

PANCHITA: Bueno… ¿y de dónde saliste?

CACATÚA: Me es absolutamente indiferente. En todo caso, de moral yo siempre he sabido

PANCHITA: ¿Cómo puedes saber tanto de moral si no te cuestionas tu origen? ¿Acaso crees vivir en el limbo?

CACATÚA: Son dos asuntos enteramente independientes. Tengo que comportarme moralmente de todos modos, sea que haya salido de un huevo o del centro de la tierra. Cuál haya sido mi origen es un dato anecdótico carente de interés.

CACATÚA: La verdad, me parece que eres bastante ignorante

(Callan un rato)

PANCHITA: ¿No te molesta estar en una jaula?

CACATÚA: Ya te dije que nadie me obliga a estar aquí

PANCHITA: Sí, pero eso no implica que te agrade…

CACATÚA: ¡Por supuesto que sí!: me quedo en la medida que me agrade

PANCHITA: Pero… podría no gustarte estar en esa jaula, y aún así tener motivos para quedarte…

CACATÚA: (Turbado) ¿Quién te crees que eres para hacer ese tipo de especulaciones?

PANCHITA: Soy la Panchita y soy la más bella (Hace una reverencia)

(Empieza todo de nuevo mientras se cierra el telón)

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