viernes, 15 de mayo de 2009

House: droga, genio y locura

La locura y la drogadicción son constantes que advertimos en una diversidad de héroes y antihéroes posmodernos, quienes habitan los espacios de la ficción en un peligroso transe de lucidez carismática y profundo delirio. Incluso podríamos decir que la droga –que conduce a la demencia- forma parte de un contenido poético-romántico que subyace a la estética de estos personajes y que constituye la viga maestra de la construcción mítica del poeta maldito y del genio atormentado. Ante esta relación entre droga, genio y locura, me pregunto por qué la ficción posmoderna insiste en repasar este tipo de personaje. Yo creo que es para retratar la fragilidad del espíritu humano, que coexiste con sus más excelsas manifestaciones y, ante todo, con la poesía en todas sus formas.
Así como los cristales y porcelanas más preciosos se pueden romper fácilmente, el alma de estos héroes atormentados es brillante, pero está sujeta a próxima corrupción. Así lo hemos visto en Rimbaud y los poetas malditos, todos muertos antes de llegar a la madurez de sus pasiones. Elvis Presley, James Dean, Jim Morrison y Kurt Cobain perecieron también -pese a su genialidad- antes de sus días. Y aun aquellos personajes que no han muerto, cayeron al vacío, víctimas de sus obsesiones y adicciones: “la luz que es dos veces más brillante brilla la mitad del tiempo”. Así fue como Tyrell, de “Blade Runner” plasmó en palabras la esencia trágica del héroe atormentado.
Es así como House, un sujeto a todas luces descollante y genial, lleva su mente a límites oscuros y tormentosos. El dolor que siente lo abruma. No puede subsistir normalmente sin vicodina, ni está (hasta ahora) dispuesto a hacerlo: “ellas (las píldoras) me dejan hacer mi trabajo y me quitan el dolor”[1]. Su personalidad narcisista le impide trabar vínculos íntimos con la mayor parte de las personas, salvo con su amigo Wilson, quien, como oncólogo y hombre sensible que es, comprende mejor que nadie a House y lo ayuda en cierta medida a soportar su insoportable soledad y su permanente vacío existencial. Con todo, House cae una y otra vez en una espiral de miseria e introspección autodestructiva, presa de su adicción y de sus permanentes obsesiones. En el episodio final de la quinta temporada (el último que han dado) House se da cuenta de que ha estado alucinando y ya no puede practicar la medicina. Ante ello, decide internarse en un hospital psiquiátrico. Se trata de un final francamente triste para la temporada, aunque dramáticamente eficaz y atrevido: la locura finalmente ha interferido en la hasta ahora dominante lucidez intelectual que caracteriza al personaje. Es así como se completa la triple entente de droga, genio y locura, que caracteriza a algunos notables héroes posmodernos y que nos dice que, en nuestra época de dudas y angustias, ni mantener la cordura es posible ni la genialidad es tal sin una chispa de locura. Afortunadamente, no estamos frente a un desenlace definitivo, sino ante una transición entre temporadas. Esperamos con ansia la continuación.
[1] “They let me do my job and they take away my pain” (En “Detox”, Primera Temporada)

3 comentarios:

  1. Convivimos con las drogas todos los días (desde el café a las pastillas), a genios no he conocido muchos, pero al locura, se la aparta, se la guarda y se la restringe, antes conviviamos con ella, House es un mundo de contradicciones en si mismo, he allí la clave del exito de la serie, puede ser un cerdo, un misogino, un egoísta, a lo mejor lo salva su genio, pero hay que bueno cuando nos hacen sufrir...

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  2. Leí alguna vez por ahí que la genialidad no puede sino convivir con la locura. La radical diferencia con "el tipo promedio" es el principal punto en común que marca esa diferencia que los hace estar en los márgenes y algunas veces excluidos.
    El genio y el loco quedan solos porque lo están: no hay pares para ellos.

    Y ambos sufren algún grado de "reclusión" por su "condición" distintiva. El genio estará relegado a aquel lugar (laboratorio, universidad, escritorio, oficina) donde es el mejor en lo que hace. Y esa dimensión tiende a absorber las restantes de su persona.

    El loco, bueno, es nombrado, catalogado, procesado y encerrado lejos de la sociedad ya sabemos dónde.

    Las drogas, para el que ha visto mucho del mundo, ayudan a evadir el dolor, hastío, desesperanza, etc.

    Mucha lucidez vuelve loco...o deprime

    saludos

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  3. y DE TANTO Y TANTO........ AL VERTE EN EL ESPEJO TE DAS CUENTA QUE ESTAS EN ESA POSTURA........JEMAR TIENES RAZON LA SOLEDAD LLEGA PERO TE DIRE QUE PUEDO DECIR QUE ES MIMOMENTO LUCIDO DE LOS 3 ESTADOS YA QUE UNO CREA COMO GENIO Y LA LOCURA ES MOMENTANEA COMO EL PENSAMIENTO FIJO EN LAS COSAS Y LO POTRO LLEGA A MITAD DE LO QUE CONSTRUISTE CON NOCHES EN VELO Y FAMILA SOLA........... PERO ES PEOR CUANDO TIENES EL CAMINO DEL EXITO CON TOTADS LAS PUERTAS ABIERTAS Y SOLO OPTAS POR SEGUIR LA OTTRA LINEA Y MIRAR TODO EL TIEMPO .. (CAMINAR POR INERCIA) Y MIRAR DONDE TIENESQUE ESTAR Y NO HACER NADA dePERCION GRITAN MMMMM.... PERO SI HAY AMOR DE PADRES Y HIJOS QUE ES LO QUE LA GENIALIDAD CON LOCURA TE LLEVA A PUN PUN LA VERDAD NO SE Y ESPERO RESOLVERLO MUY PRONTO THANK POR LEER ESTO TU QUIEN QUIERAS QUE SEAS GRACIAS

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