A veces, las buenas cosas vienen en envoltorios pequeños, como, por ejemplo, los bombones. ¡Que mejor analogía para describir a Scarlett Johansson, que compararla con una adictiva golosina! Tan solo presenciar la densa sexualidad de sus labios, sus generosos escotes, y su brillante cabello dorado, brinda lúbrico placer a todo espectador masculino. Esta muchacha de la Nueva York posee un ilimitado potencial de lujuria y parece como si hubiese sido creada especialmente para el placer.
Podemos admirar su erótica belleza en películas como “Match Point”, “Lost in translation” y “Girl with a peral hearring”, dónde ésta dulzura de mujer supera por mucho a la modelo original del egregio Johannes Vermeer. Scarlett Johansson es, sin duda, una obsesión permanente.
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